1º Básico a IV° Medio
Sinceridad: “Manifiesta con claridad, a la persona idónea, en el momento adecuado y si es conveniente, lo que ha hecho, lo que ha visto, lo que piensa, lo que siente, etc.”.
Definición
La sinceridad es una virtud que todos apreciamos, a nadie le gusta que le mientan. Todos los padres corrigen a sus hijos cuando mienten. Al igual que todas las virtudes, donde mejor se educa es en la vida familiar corrigiendo con cariño y claridad, y por supuesto, con el ejemplo de los padres.
Hay que ayudarles a ser exigentes en esta virtud, a decir la verdad aunque cueste. Las relaciones con sus amigos también ayudan a vivir esta virtud ya que la mentira les resultará incómoda y poco compatible con la confianza que debe reinar en su grupo.
Si son sorprendidos en una mentira es conveniente comprender las razones por las que el hijo miente. Si lo hace para quedar mejor frente a los amigos porque da demasiada importancia al “tener”, habrá que hablarle de que el verdadero valor de las personas no depende de lo que tienen sino de lo que son. Si miente para evitar un castigo, se le ayudará a ser más valiente y decir la verdad aunque cueste (y valorar su sinceridad cuando reconozca su falta, por ejemplo rebajando el castigo). También podría mentir por orgullo, porque le cuesta admitir una limitación o un fracaso; será el turno de ayudarle a ser sencillo y humilde, de que se acepte con alegría tal cual es.
Los padres deben cuidar especialmente que haya un ambiente de confianza en la casa. Es mejor confiar y ser a veces “engañado” por los hijos, que desconfiar de ellos y controlar todo lo que dicen y hacen. Nunca tratarlos de mentirosos: hay que condenar el error pero no la persona.
Por otro lado, un error frecuente hoy en día es pensar que la sinceridad no tiene límites, aceptando situaciones en que decir la verdad llega a ofender a otras personas. “Es que mi hijo es muy sincero” puede decir una mamá, cuando en realidad se trata de un niño grosero. La sinceridad, como todas las virtudes, está regida por la caridad, es decir, hace bien a todos. Hay un momento oportuno, una forma y una persona idónea para decir las cosas, y sólo será bueno descubrir defectos de otros cuando sea para el bien de esa persona.
Algunas consignas y actividades con el hijo, que ayudarán a educar la virtud en la casa:
- Corregir cualquier mentira, sin escandalizarse, pero con claridad, explicando la importancia de ser sinceros.
- Obligarlos a cumplir su palabra, para ayudar, para estudiar, para jugar con otros, etc.
- Hacerlos pedir perdón cuando han ofendido a alguien y compensarlo de alguna manera.
- Evitar que usen apodos y gestos hirientes al referirse a otros.
- Animarlos a saber contar con sencillez los detalles de su vida diaria.
- No mentir en los juegos, no hacer trampas.
- No acusar a los compañeros o hermanos.
- No hablar mal de los hermanos o compañeros.
- Admitir el error o equivocación sin excusarse. Por ejemplo, reconocer que llegaron tarde a sabiendas y no inventarse excusas.
Orientación a los padres
Un hogar en que reina la confianza es un lugar donde da gusto estar.